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miércoles, 3 de octubre de 2012

La Bayamesa

El enigma de la cubanísima canción La Bayamesa



Su letra tiene como pocas, ternura, fuego, lirismo y amor…Y en su historia habitan enigmas y misterios insondables. La Bayamesa, fue una canción que estremeció no solo el corazón de una mujer hermosa, sino el de toda una ciudad llena de leyendas.

Este dos mil doce cumple 161 años La Bayamesa, la famosa canción estrenada en la antigua calle San Salvador, allá en Bayamo.

Sin embargo, luego de tanto tiempo a algunos soñadores les parece estar viendo todavía aquella novela real. En la noche del veintisiete de marzo de 1851 cuatro hombres elegantemente vestidos se reunieron ante la ventana de una majestuosa casa de esa ciudad cubana ciudad para regalar un volcán de poesía.

Ellos eran Francisco del Castillo y Moreno, Carlos Manuel de Céspedes, José Fornaris y el tenor Carlos Pérez que interpretó la melodía. La destinataria de aquellos versos cantados era la joven bayamesa María de la Luz Vázquez y Moreno, o sencillamente Luz Vázquez, como quedaría en el recuerdo de los cubanos.

¿Qué sucedió aquella noche de marzo de mil 851 durante el estreno de La Bayamesa?… Según cuentan, varios de los vecinos del lugar se despertaron maravillados por la interpretación de tan hermosa melodía. En cuanto a la homenajeada, tampoco pudo contenerse, por lo que una vez concluida la serenata, hizo pasar a sus protagonistas.

Se sabe también que hubo reconciliación entre la pareja, porque Luz Vázquez y Francisco del Castillo se amaban y no soportaban más la separación sembrada por ciertos chismes. Lo anterior, unido a la presencia de tan ilustres personajes como testigo, bastaría para hacer imperecedera esta canción. Sin embargo, existen otros detalles que la hacen mucho más grandiosa.

Los autores de La Bayamesa.

Luego de 161 años de historia, ya nadie pone en dudas la verdadera autoría de La Bayamesa, considerada la primera canción romántica y trovadoresca cubana. Sin embargo, no siempre fue así, pues durante un tiempo el tema fue declarado anónimo. Cuestión lógica, si tomamos en cuenta que a tan bella letra y melodía, le surgieron no pocos padres ávidos de reconocimiento. Incluso hubo una etapa en que la autoría de La Bayamesa se le adjudicó solo a José Fornaris, reconocido como el primer poeta siboneyista cubano. Esto ocurrió posiblemente porque fue él a quien primero recurrió Francisco del Castillo para que le hiciera una canción para su amada. Pero la verdad histórica es otra.

Han sido declarados como tales tres de los cuatro hombres implicados en su estreno la noche del veintisiete de marzo de 1851. Es decir, al poeta siboneyista José Fornaris se le adjudica la letra de tan famoso tema, mientras que Francisco del Castillo y Carlos Manuel de Céspedes fueron los creadores de su música. De hecho, Céspedes además de ser un reconocido patriota también fue un buen pianista. De manera que a los méritos de esta obra musical se añade el prestigio de sus autores como patriotas insignes y hombres ilustrados. Es más, se sabe que la serenata fue un acuerdo de Céspedes y su sobrino Francisco del Castillo…Y que ellos junto a Fornaris pusieron La Bayamesa en manos del tenor Carlos Pérez para que la interpretara aquella noche memorable ante la ventana de Luz Vázquez.

Dos enigmas de La Bayamesa.

¿Eran Francisco del Castillo y Luz Vázquez novios o esposos cuando tuvo lugar el estreno de La Bayamesa?…Ese es uno de los enigmas que todavía rodea esta pieza y para indagar en su respuesta vamos a conocer qué piensan algunos historiadores al respecto.

El primero que defendió la tesis de que eran esposos fue el investigador, periodista y bibliotecario bayamés Enrique Orlando Lacalle, para más detalles autor de varios textos sobre la Ciudad Monumento en el pasado siglo. Lacalle llegó a la conclusión de que si la canción fue compuesta en 1851, para esa fecha Del Castillo y Luz Vázquez no solo ya estaban casados, sino que incluso tenían alguno que otro hijo.
Sin embargo, otros estudiosos defienden con vehemencia que solo eran novios. ¿Quién tiene la razón?… No existe una respuesta definitiva. Porque los libros parroquiales, que constituían una fuente fidedigna, desaparecieron con la quema gloriosa de Bayamo en enero de 1869. Por cierto, otro punto de discrepancia con respecto a La Bayamesa ha sido la fecha de su estreno, puesto que en una época se aseguró que databa de 1848.

En efecto, pero aquí los historiadores sí se han puesto de acuerdo, porque ya casi existe la certeza colectiva de que se cantó por primera vez en 1851 cuando Luz Vázquez tenía veinte años de edad.

La trascendencia de La Bayamesa: su tránsito de canción romántica a patriótica.

A los pies de la ventana de Luz Vázquez se entonaron por primera vez los hermosos versos de La Bayamesa hace 161 años. Sin embargo, esta emblemática pieza ha trascendido los muros del tiempo y del lugar donde nació no solo por ser considerada la primera canción romántica y trovadoresca cubana. En verdad, hay otros elementos a tener en cuenta para explicar su trascendencia y a uno de ellos se refirió Alejo Carpentier en su libro La música en Cuba: Según expuso en este texto nuestro novelista mayor, La Bayamesa “estaba destinada a transformarse, al calor de los acontecimientos, en canción patriótica clave”. Y era lógico, porque las estrofas que antes de la revolución de 1868 se dirigían a una “gentil bayamesa” cobraron inesperado valor años después. Nada menos que por alusión subentendida a la época en que Bayamo se vio libre de la dominación española.

Se trata de un elemento muy importante a tener en cuenta para entender la trascendencia de este tema que ya cumplió 161 años de historia y todavía permanece en el corazón de los cubanos.

Existe otro hecho relevante que explica la trascendencia de La Bayamesa. Se trata de la parodia guerrera que se le inventó a la letra original después de la quema de Bayamo…
“¿No recuerdas gentil bayamesa / Que Bayamo fue un sol refulgente / Donde impuso un cubano valiente / Con su mano el pendón tricolor?.. ¿No recuerdas que en tiempos pasados / El tirano explotó tu riqueza / Pero ya no levanta cabeza / Moribundo de rabia y temor?”. Esta parodia guerrera afianzó a La Bayamesa como símbolo de independentismo y patriotismo. Como también ayudó a su trascendencia la extraordinaria originalidad del tema y su hondo sentido humanista.

La trascendencia de La Bayamesa: el patriotismo de sus compositores y de su inspiradora.

La Bayamesa, obra de profunda belleza y hondo lirismo también creció en el tiempo por la historia posterior de sus compositores y de su musa inspiradora porque a los méritos de esta obra se añade el prestigio alcanzado después por sus autores como patriotas insignes. Pensemos, para empezar, en Céspedes, el más conocido de todos entre sus compositores: fue el iniciador, el primer Presidente de la República en Armas…Pero también el que se ganó el epíteto de Padre de la Patria, soportó la destitución y murió como un héroe en las montañas de San Lorenzo.
Recordemos igualmente a José Fornaris, el autor de su letra, uno de los poetas que más le cantó a los sentimientos patrios y que además fue un reconocido conspirador contra la metrópoli española. Y no olvidemos tampoco a Francisco del Castillo, afamado abogado que abrazó también el ideario independentista, aunque no participó de la contienda de mil 868 porque falleció un año antes.

¿Y qué decir de Luz Vázquez, su musa inspiradora? … Ella también fue una reconocida patriota. Y es que hasta Luz Vázquez sobresalió por su desempeño posterior al servicio de la independencia de Cuba. Según cuentan, luego de la muerte de su esposo Francisco del Castillo, ella quedó al cuidado de sus siete hijos y a todos inculcó ideas revolucionarias. La también cuñada de Perucho Figueredo abrió las puertas de su casa a la orquesta que interpretó lo que luego sería nuestro Himno Nacional, cuando entró triunfalmente a Bayamo en octubre de 1868. Por si fuera poco, ella misma incendió su casa en enero del año siguiente y se fue a la manigua en compañía de sus hijos.

Apresada más tarde, tuvo que regresar a Bayamo y vivir con sus hijas en lo que fuera la cochera de su casa. Allí vio morir por enfermedad a una de ellas y cuando creyó muerta a la otra, terminó con su vida.
Luz Vázquez, la musa de La Bayamesa, falleció presa de angustias y dolores, pero se llevó para la posteridad esas estrofas convertidas en campanas. Las mismas que dejaron de ser suyas para con el tiempo formar parte del alma eterna de la patria.

Por: Grisel Chirino

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