Haciendo un recuento histórico, podemos confirmar que La Demajagua era un pequeño trapiche azucarero ubicado en el municipio Manzanillo, actual provincia Granma, donde Carlos Manuel de Céspedes, hombre progresista y ferviente promotor de las ideas independentistas, decidió establecerse en 1866.
Por lo que compró a su hermano Francisco Javier el Ingenio, al cual le realizó importantes modificaciones técnicas, desarrollando por vez primera el trabajo asalariado y empleandolo además en los preparativos de la conspiración que dio inicios a la contienda revolucionaria.
Después de un período de preparación y lograr pasos importantes en la organización del alzamiento previsto para el 14 de Octubre de 1868. Un telegrama enviado a Bayamo por el Capitán General, donde le ordenaba reducir a presión a los revolucionarios, impulsó a Céspedes a adelantar el inicio de la lucha; por estas razones es que ya el día 9 comenzó la movilización de los grupos que iban a tomar parte de la insurrección en Manzanillo.
El 10 Octubre de 1868 en horas de la mañana, Céspedes se reunió en el Batey del Ingenio La Demajagua, frente a los hombres que habían acudido a su llamado, presentó la bandera y conjuntamente con la liberación de sus esclavos, e hizo lectura al Manifiesto dirigido a sus compatriotas y a todas las naciones, en el que señala las causas de la lucha que iniciaba; además proclamó los dos principios básicos que serían sus banderas de combate…
Este día Céspedes no solamente liberó a sus esclavos, si no que comenzó la lucha contra el colonialismo español, e inició el reconocimiento a la nacionalidad cubana, que venía gestándose, con el ahínco de tener un gobierno propio, que definiera sus destinos, y poder comerciar con el resto del mundo. Por eso la importancia de esta fecha, donde sus hechos han marcado la ideología de todo cubano amante de la libertad, decretando 'La independencia y la igualdad de todos los hombres', iniciándose así la guerra contra la denominación española.
Por Adela Soto Alvarez
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